LA SALIDA DE ENCE DE FRAY BENTOS
Se hicieron muchas especulaciones sobre los motivos que llevaron a Ence
a abandonar su proyecto de planta de celulosa en Fray Bentos, pero pocos
tomaron en cuenta que sus plantaciones se hicieron con un tipo de
eucalipto que no cumplió con las expectativas de la empresa.
En octubre de 2006 salieron a la luz opiniones (1) que indicaron que la decisión
de Ence de no seguir adelante con la construcción de la fábrica de celulosa
en Fray Bentos no respondía sólo a circunstancias como el cambio de
dirección de la empresa o el peso de las presiones del gobierno argentino,
sino a desarrollos internos del emprendimiento en Uruguay que
inviabilizaron por sí mismos la planta de M’Bopicuá.
La razón del artillero
Ninguna industria y menos una de gran porte se desarrolla sin tener asegurado
un proveedor de sus insumos básicos, controlable e independiente. Lo que
se advierte, y no recién ahora, es que Ence no tenía asegurada la provisión
de materia prima para su planta de celulosa y que esto fue determinado por la
especie de árbol elegida para sus plantaciones.
Originario de Australia, el eucalipto es muy cotizado en la industria mundial
de la madera. En particular, el eucalipto “blanco” (E.globulus) es muy requerido
para producir celulosa por su rendimiento y su fibra corta. Esta especie se adaptó
bien a la zona de influencia de la costa marítima y del Río de la Plata. En otras
regiones, en cambio, se utilizó históricamente el eucalipto “colorado” y es
introducido luego en las plantaciones de E.grandis.
La ventaja competitiva del E.globulus es que una tonelada de celulosa
se logra con unos 3 metros cúbicos (m3) de madera, mientras que
con el E.grandis se requieren 4 m3. En la década de los 90, en el auge de
la forestación en el país, estimulado por la Ley 15.939 de 1987, prácticamente
el 100% de las plantaciones para producir celulosa se hacen con E.globulus.
En 2003 era la especie forestal dominante, ocupando más de 200 mil
hectáreas (Dirección General Forestal, DGF, 2004). En todas sus tierras
del litoral oeste del país, Eufores plantó solamente E.globulus.
Sin embargo, ya desde entonces hubo críticas por haber generalizado
la viabilidad de esta especie en todo el país y comenzaron los problemas
que indicaban dificultades de adaptación a zonas con escasa influencia
marítima y su susceptibilidad a enfermedades y plagas, asociadas a su vez
al estrés por falta de agua. Es un hecho que las investigaciones corrieron de
atrás el ascenso exponencial de las plantaciones.
José Krall, director de una estación experimental de la Facultad de Agronomía,
en Cerro Largo, advirtió a principios de los 90 que las plantaciones
fuera de las regiones de influencia marítima estaban condenadas al fracaso
porque luego de una etapa inicial favorable, se estancarían, sufrirían un
gran “estrés hídrico” y serían víctimas de un conjunto de enfermedades y
plagas que reducirían notablemente su rendimiento.
”Ese pronóstico resultó notablemente acertado. El incremento medio
anual (IMA) de producción de madera previsto en los proyectos y
los presupuestos, de 20 a 30 m3/ha/año, se convirtieron en 5 a 8 m3/ha/
año. Incluso las proyecciones oficiales de cosechas fueron hasta el año
pasado notablemente optimistas. Esto arruinó a empresas y fondos de
inversión en esas regiones”, explicó Carlos Pérez Arrarte, investigador
del CIEDUR.
El síndrome del avestruz
Todo un símbolo, el Primer Simposio Iberoamericano de Eucalyptus
globulus tuvo lugar en Montevideo en octubre de 2003. Luego de escuchar
las ponencias presentadas, el doctor Evan Shield, reconocido consultor
internacional, quien fuera asesor del Proyecto Regional de Alternativas
para la Inversión Forestal (PRAIF), elaborado y ejecutado por la Dirección
General Forestal (DGF) de Uruguay y la OEA, no pudo menos
que escribir (2) :
”Creo que el rol de un amigo requiere, aunque sea de vez en cuando,
de una expresión de sinceridad”. Luego de un largo análisis, dijo
que: “La dependencia exclusiva de una base genética estrecha como ser
la procedencia Jeeralang, conducirá a un alto riesgo biótico, ampliamente
ilustrado en el simposio por la larga lista de plagas y enfermedades
citadas para E.globulus en Uruguay –probablemente en parte debido
a la falta de vigor.”
Para Evans “los productores forestales en Uruguay difícilmente logren
cultivar plantaciones para pulpa en forma competitiva internacionalmente
en base al E.globulus”, agregó que la especie “carece de la ‘plasticidad’
necesaria para demostrar una adaptación a las diferentes condiciones
de sitio del país” y que los errores se debieron a “la extrapolación de
las tasas de crecimiento de los primeros años a toda la rotación sin
evidencia sólida”.
Cuando las plantaciones han completado un ciclo, las investigaciones
del Instituto Nacional de Investigaciones Agropecuarias (INIA) lo corroboran:
“Esta baja productividad está explicada principalmente por la baja
sobrevivencia, la cual a su vez probablemente se deba a la falta de adaptación
al clima continental (particularmente a las altas temperaturas) y a la
susceptibilidad de la especie a diferentes enfermedades” (INIA, abril 2005).
Pérez Arrarte no fue tan indulgente: “Un grupo de técnicos forestales
estableció esa política y se volvió un dogma. Esta actitud (una sola verdad
oficial, poca transparencia) fue común al manejo del complejo forestal en
estos casi 20 años, y ha sido caracterizado en estudios como un fenómeno
más general. También habla de las relaciones entre las decisiones
productivas sociales y el campo científico y tecnológico en nuestros países”.
El nuevo director de la DGF, Andrés Berterreche, reconoció el problema y
dijo que “desde el año 2005 se están realizando inspecciones sobre las
plantaciones realizadas en zonas de mayor riesgo, principalmente Tacuarembó,
y evaluando las pérdidas en superficie. No se están aprobando proyectos
de E.globulus en el centro-norte y se están pidiendo mayores datos para el
Litoral, reduciendo las expectativas de crecimiento en esa zona.”
(1) Opiniones de Jorge Balseiro Savio y Ariel Rodríguez Yáñez, en “Bosques &
Desarrollo - Forest & Development” N° 40, de octubre 2006 N º 40, publicación del ICI,
(Instituto de Ciencia e Investigación - Science and Research Institute), de Mercedes,
Uruguay.
(2) “¡Tomando contacto con la realidad!”, de Evan Shield, Consultor forestal internacional,
Economics Forestry Assciates, en Revista de la Sociedad de Productores
Forestales – Uruguay – abril 2004.
No hay comentarios:
Publicar un comentario